CARGANDO CONTENIDO
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como el Instituto de Federal de Telecomunicaciones se encargan de estudiar el poder y comportamiento de los medios de comunicación así como de los usuarios en nuestro país a través de una serie de encuestas y monitoreos de comportamiento.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como el Instituto de Federal de Telecomunicaciones se encargan de estudiar el poder y comportamiento de los medios de comunicación así como de los usuarios en nuestro país a través de una serie de encuestas y monitoreos de comportamiento.
Comunicación es el proceso a través del cual damos a conocer una idea o mensaje para transmitirlos a un receptor, quien los recibe para posteriormente procesarlos. La comunicación se puede entender más como un proceso sociocultural que uno mecánico o físico, es decir, aunque se involucran cosas físicas, herramientas tecnológicas o se lleva un proceso para concluirla, la comunicación tiene más que ver con una carga social y de entendimiento entre individuos que cualquiera de los otros mencionados. La razón de ello está en que, para que ésta exista se tiene requiere que una persona busque plantear un mensaje para que otro lo reciba.
Este mensaje se transmite a través de códigos similares (señas, lenguaje, gestos) y tiene como objetivo influir en el individuo que lo recibe.
Cuando nos comunicamos tenemos siempre presente un objetivo, sea éste uno explícito o no. Por ejemplo, si expreso: -Tengo hambre - el objetivo es que se le de atención a una de mis necesidades físicas. Si recibo alimento podemos decir que comuniqué efectivamente mi mensaje, sin embargo, si quien escucha no entiende la idea entonces la comunicación no fue efectiva.
Decimos entonces que, la meta de la comunicación efectiva es que el emisor y el receptor interpretan el mismo significado. De esta manera, se evitan dudas y confusiones, mientras que se cumplen las expectativas sobre lo que se ha transmitido.
Se trata de la persona que produce y envía el mensaje que se quiere transmitir
Se trata de la persona que recibe e interpreta el mensaje
Este punto refiere a lo que se quiere comunicar. Aquí intervienen dos personas:
1.-El emisor, quien formula y envía el mensaje
2.-El receptor, quien recibe el mensaje y le da una interpretación
Elemento, situación y/o suceso al que haga alusión o al que se refiera el mensaje
Una vez entendidos los elementos que intervienen en la comunicación y que pudieran determinar si ésta es efectiva o no, ahondaremos en una de las representaciones de la comunicación. A ésta se le conoce como DIÁLOGO y se genera a través de la palabra.
Al igual que la comunicación, existen características que hacen o no que las conversaciones que entablamos con otras personas sean de calidad o la carezcan.
Diálogo. Conversación entre dos o más personas, mediante la cual se intercambia información y se comunican pensamientos sentimientos y deseos. Puede ser oral o escrito.
Antes de continuar con esta guía, hagamos un ejercicio.
1.- ¿Recuerdas cuál fue el último diálogo que mantuviste con alguien?
2.- ¿Cuál fue la idea central por la que se inició el diálogo?
3.- ¿Se cumplió el objetivo de la conversación?
4.- ¿Qué elementos de comunicación logras identificar ahí? Enlístalos
Cuando entablamos una conversación debemos tener claro qué es lo que queremos lograr con ella. Debemos precisar qué es lo que se desea expresar y entender bien como es que lo vamos a hacer.
Una herramienta importante es el escribir tus discursos o mensajes antes de emitirlos; de esta forma puedes dar una mejor secuencia a las ideas, además de estructurar mejor y con mayor elocuencia lo que se quiere decir.
Pudiera parecer innecesario pero para que un diálogo se de en términos de efectividad es necesario saber con quién estamos hablando. Analizar las expresiones que usa nuestro interlocutor, sus movimientos, e incluso gustos nos dará una pauta sobre lo que podemos o no decir y las formas en que debemos hacerlo.
Por ejemplo, un profesor dando clase debe conocer a su grupo dado que no es lo mismo enseñar en un aula de alumnos con maestría en una escuela pública que universitarios en una escuela privada.
Pareciera que hoy en día la palabra se encuentra muy usada pero es parte de las necesidades de una buena comunicación y de la buena convivencia. Tener la capacidad de ponerse en los zapatos del otro permitirá que el diálogo fluya mejor y genere más calidad conversacional.
Para hacerlo debemos entender las condiciones de quien recibe el mensaje y hacer saber que está bien. –Comprendo que es una situación complicada, podemos… es un ejemplo de como abordar empáticamente una conversación.
Ahora que dominamos lo que es realmente el diálogo efectivo y las herramientas que necesitamos para que este tenga lugar podemos resaltar la importancia de mantener conversaciones sanas en las que los mensajes entre dos o más personas cumplan con su objetivo.
Por favor responde el cuestionario que se presenta a continuación con la respuesta que llegue más rápido a tu mente.
Vivimos en un mundo globalizado en el que la comunicación es una actividad necesaria en nuestro día a día. Compartir lo que hacemos o pensamos es casi un mandato diario para las nuevas generaciones y mantenernos desconectados es casi imposible.
Desarrollar herramientas que nos permitan comunicarnos de manera clara y eficaz es prioritario para mantener relaciones activas y sanas.
Imagina que te encuentras en un aula, tu profesor está tratando de explicar un tema complicado y el grupo parece no estar comprendiendo lo que se está hablando. Después de varios intentos tu maestro desiste en su explicación.
Responde las preguntas que se generarán a continuación:
¿Consideras que es el maestro o el grupo quién debe esforzarse más?
¿Qué harías tu para explicar mejor el tema y que todos comprendan?
¿Qué opinas de la frase “no hay malos alumnos, hay malos maestros”?
Aunque la comunicación es un acto muy complejo dadas sus implicaciones culturales, sociales y el los múltiples procesos mentales que implican, se le puede clasificar con base a sus dos grandes representaciones:
Se refiere a la comunicación en la que se utiliza la voz sea a través de sonidos o mediante el uso de palabras. En ella se incluye el uso de signos pues, al escribir, también comunicamos. En la comunicación no verbal es importante considerar el idioma, la velocidad y volumen de transmisión, además de la complejidad del lenguaje.
La comunicación no verbal se logra a través del uso de gestos visuales, sean imágenes, sonidos, ademanes, gestos, etc. Todo ello cuando no se utilizan palabras para compartir el mensaje; la vemos a diario, todo el tiempo. Por ejemplo, cuando manejamos y damos el paso a un coche.
Cabe resaltar que la comunicación no verbal suele ser más subjetiva y menos imprecisa que la verbal, ya que en gran medida está sujeta a la interpretación de quien recibe el mensaje.
Para lograr que un mensaje se lleve y entienda sin distorsionar su objetivo, como decíamos anteriormente, se deben entender los elementos que lo arropan.
Es el conjunto de reglas y signos de los que el emisor se vale para producir su mensaje y que también debe ser conocido por el receptor para poder interpretarlo. Ejemplo de ello son el idioma, los regionalismos o expresiones lingüísticas, etc.
Es el medio físico por el cual se transmite el mensaje. Si usamos nuestra voz, las manos, papel, o una bocina.
Es el contexto en el que el emisor transmite su mensaje y en el que el receptor lo recibe. Por ejemplo, no es lo mismo gritar ¡pásale! A un invitado que está llegando a nuestra fiesta de cumpleaños que a un conductor en medio del tráfico.
Cualquier tipo de interferencia que afecte alguno de los elementos que intervienen en la comunicación.
El estrés, nuestra entonación, el lenguaje que utilizamos al hablar o incluso hasta el clima, pueden intervenir en la forma en que se aprecia nuestro mensaje.
El diálogo es una manifestación de la expresión oral o escrita y es mantenido ya sea por un narrador y un lector, o entre dos individuos. Esto depende de el medio por el que se está entablando la conversación a la que hagamos referencia.
A través del diálogo lo que se busca es generar un intercambio de ideas entre dos o más personas, siempre cuidando la diversidad de pensamiento, la cultura y el bagaje de cada uno de los que intervienen en la acción. Tengamos en cuenta que, para que exista tal debe haber como mínimo dos personas, de lo contrario este vaivén de ideas que define al diálogo, no tendría lugar.
Existen distintas formas de conversar con los otros, las cuales, dependiendo de lo qué digamos o preguntemos, van a guiar nuestras conversaciones en una u otra dirección, por lo que es fundamental conocer de qué manera podemos cambiar la realidad a través de la forma en que nos comunicamos con los demás y con uno mismo. Existen tácticas útiles para alcanzar y transformar los desacuerdos en acuerdos y los posibles conflictos en alianza.
En este punto debemos poner especial atención a todos aquellos elementos que acompañan a nuestro mensaje y que sirven como soporte para que lo que transmitimos se perciba tal cual fue pensado. La velocidad con que hablamos, la entonación que damos a las palabras y el énfasis que depositamos a ciertos puntos determinarán que tan claro y certero es nuestro mensaje.
Tenemos que considerar que elegir las palabras más adecuadas es de suma importancia, y que estas deben transmitirse además a través de nuestro lenguaje no verbal. Por ejemplo, decir un no en nuestro discurso, mientras asentimos con la cabeza creará un choque entre lo que decimos y estamos haciendo.
Estar atento durante la conversación hará que puedas devolver respuestas eficaces y evitará que te repitas. Para ello deberás poner atención a los detalles de la conversación, entender de qué se está hablando y, si es posible, destacar los puntos importantes para que no los olvides.
Puedes practicar destacando mediante palabras u oraciones cortas lo más importante durante la conversación, para que las retomes posteriormente.
Existen tres elementos que pueden afectar nuestros diálogos e impactar en su efectividad
Parecer distraído, utilizar el teléfono, o simplemente no estar enfocado en lo que se está hablando son formas de mermar la efectividad de nuestras conversaciones.
Encontrarnos en medio de una situación incomoda o fuera de nuestro centro de confort puede traer problemas a la hora de conversar. De ello se pueden derivar situaciones como mensajes poco claros, agresividad en nuestras palabras o respuestas físicas como sudoración. La respiración es importante para reducir el estrés
Si las personas que entablan un diálogo no hablan el mismo idioma o no entienden la cultura del otro, podríamos estar hablando de discordancias de la comunicación.
CEE PRI COA © 2022. Todos los derechos reservados.