Bienvenida (o) a la guía de “Desarrollo de las habilidades para la participación política”.

Al concluir el proceso conocerás las herramientas necesarias para el desarrollo de habilidades políticas, así como formas de emplearlas en tu vida diaria y en tu entorno para mejorar las condiciones generales de tu comunidad.

La política es una de las ciencias de las que más hemos escuchado hablar como ciudadanos. Sin duda todos hemos mencionado la palabra alguna vez en nuestras conversaciones o bien, la hemos escuchado en voz de personajes, en las noticias o nuestras redes.

Aunque siempre ha estado presente entre nuestras actividades, la forma en que nos relacionamos hoy en día como miembros de una comunidad ha hecho que este término cobre mucha mayor relevancia y se le note mucho más.

Cómo “política” se entiende al estudio de aquellas actividades relativas al poder; es decir, en como los individuos ejercemos poder sobre otros, sea este social, económico, moral, etc.

La política se encarga de evaluar y estudiar el comportamiento de los gobiernos en relación a las sociedades por las que son conformados. Sea esto en la actualidad o a través de la historia.

Aunque no lo parezca muchos de nosotros estamos involucrados diariamente con temas políticos. Cuando leemos notas, opinamos sobre alguno de nuestros gobernantes, si salimos a votar o participamos en algún grupo de apoyo comunitario. Sin embargo, todas estas actividades van encaminadas hacia algo a lo que se le denomina “participación política”.

Ello implica no sólo el involucramiento en las actividades y temas de nuestra comunidad, también el conocimiento de la situación, así como el desarrollo y puesta en práctica de ciertas habilidades.

Todos tenemos la capacidad de hacer política. Sin embargo, para que esta participación sea más efectiva se requiere de que seamos considerados ciudadanos.

La participación consiste en todas aquellas actividades, sean grupales o individuales, que buscan influir o crear algún tipo de cambio en los asuntos que tienen que ver con nuestra comunidad.

Muchos de nosotros pensamos que cuando se nace en México, ya se es ciudadano, aunque no es así. En nuestro país la ciudadanía se adquiere así:

“Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos:

I.- Haber cumplido 18 y años y

II.- Tener un modo honesto de vivir.

Esto lo establece el artículo 34 de nuestra Constitución.

La participación política se puede generar desde lo individual, pues nace de la propia voluntad y esta es ejercida sobre un bien común; o bien, se fomenta en lo colectivo cuando esos objetivos se alinean con los de más personas que habitan en nuestro entorno

Algunos otros elementos que distinguen a la participación que tenemos los ciudadanos en la política de nuestras comunidades son los siguientes:

Las actividades a través de las cuales ejercemos nuestra participación se generan en el momento, un ejemplo de ello es decider en un comité inmediato quien será el representante de la colonia. O bien, se planean a fin de lograr un objetivo específico. Por ejemplo, una campaña escolar a mesa directiva.

Dentro de nuestras actividades podemos ejercer el derecho al voto; esta es una manifestación de interés en la política de nuestras comunidades y una forma de participar. A este tipo de acercamiento se le denomina convencional, pues se encuentra regulado y es bien conocido.

Por otro lado existen las manifestaciones no convencionales de participación; de ellas podríamos citar una guerrilla o un grupo de choque, pues caen en actos no tradicionales que, en su mayoría, no son regulador y pudieran operar fuera del marco legal.

Hemos hecho mucho hincapié en la participación política como forma de participación en nuestra comunidad. Algunas de las formas en las que podemos hacernos presentes se encuentran a continuación:

Consta de involucrarse en la planeación, ejecución o financiamiento de la campaña. En ello podemos participar desde aportando una parte de nuestro ingreso para que el candidato de nuestra preferencia lleve a cabo su estrategia o bien, comunicando sus ideas a través de volantes en un camellón.

Estas actividades las podemos desarrollar como simpatizantes, militantes de un partido o incluso en lo individual, como ciudadanos que comparten una ideología.

Todos hemos tenido algún contacto con organizaciones en nuestras comunidades que se dedican a promover la solución de ciertas problemáticas y trabajan por ello. Esta forma de participación es conocida como actividad comunitaria y es una de las más populares.

Hay grupos de jóvenes trabajando para combatir la discriminación o amas de casa en búsqueda de apoyo para solucionar problemas de desabasto de medicamentos, todas ellas son muestras de involucramiento político.

Mantener un diálogo abierto con nuestros representantes o con los actores políticos de nuestra comunidad es una forma más de participación. Hoy en día las redes sociales nos abren un nuevo camino a mantener conversaciones reales para exponer nuestras ideas y las necesidades que existen a nuestro alrededor.

Imaginemos que vemos una situación de violencia en la calle. La reacción más sana sería la de intervenir y defender, sea a través del dialogo o mediante la exigencia para que esta ofensa pare. En eso consiste la participación de este tipo, la voz representa a esa forma en que comunicamos nuestras necesidades y descontentos.

La salida por su parte es la forma en que ejercemos algún tipo de presión o requerimos que se solucionen las problemáticas que ya hemos planteado.

Mediante esta manifestación política elegimos a las personas que nos representarán ante nuestras instituciones, nuestros gobernantes, etc. Ellos son elegidos por el pueblo y para desempeñar las funciones de decisión ante problemáticas de carácter público.

Aquí se enfrascan las actividades que son consideradas ante la ley como ilegales, la desobediencia civil o las manifestaciones que general algún tipo de violencia social. Aunque no son la manera más cordial de participar en la política, han generado grandes cambios a través de nuestra historia. Nuestra revolución es un ejemplo claro de desobediencia y participación política.

Ya dejamos claro que la participación puede darse siempre y en todos nosotros. A pesar de ello, hay habilidades que la fomentan, la hacen más fuerte, e incluso más grande. El requisito fundamental, como se mencionó previamente, es el de ser ciudadano mexicano (aunque esto no limita a los jóvenes a participar en la política de sus comunidades).

Nuestra participación se puede clasificar en varios niveles según que tanto nos involucramos en las problemáticas.

No obstante, todos estos niveles de participación requieren de habilidades que te presentaremos a continuación. Ellas hacen que nuestra forma de involucrarnos sea más efectiva y logre mucho más.